Demasiada información

A través de un cable de fibra óptica que no es más grueso que un cabello humano puedes bombear datos a la alucinante tasa de 90,000 directorios telefónicos por segundo. Es una locura esa cantidad de información – cada uno de esos directorios puede contener 700 o más páginas y 400 líneas de datos por hoja, ¡imagina una habitación repleta con 90,000 de ellos! Es una cantidad casi incomprensible de información, y toda ella potencialmente pasando cada segundo por esa pipa del tamaño de un cabello. 

Es una metáfora poderosa por la forma en la que estamos inundados por datos en la sociedad actual. Estamos prácticamente hundiéndonos en ellos – al punto en que a veces se vuelve abrumador tan solo intentar mantener el paso. El periódico promedio del día contiene más información de la que una persona en el siglo diecisiete se hubiera cruzado en una vida entera. ¿No se siente que a veces es demasiado? Hay demasiados hechos irrelevantes, demasiadas opiniones, demasiados “expertos” – en resumen, demasiados datos, no suficiente sabiduría.

¿Qué quieres saber hoy? 

Cuando piensas en toda la información a la que tenemos acceso hoy en día una pregunta surge: ¿cuánta de esta información es realmente útil? – ¿el tipo de cosas que en verdad necesitas o quieres, contrario a al mero ruido? Hagamos un ejercicio simple por un momento. Si tecleas “¿cuántos huesos hay en el cuerpo humano?” en tu teléfono la respuesta es escupida en milisegundos. (Son 206 – interesante, pero a menos que seas un médico, ¿en verdad importa?) “¿Cuál es el órgano más grande en el cuerpo humano?” (es la piel, seguida por el hígado). Pareciera que puedes saber lo que sea que quieras saber – el límite es tu imaginación y el alcance de tus cuestionamientos. 

¿O no lo es? Mientras que el internet es excelente para trivia (y para mucho más, por supuesto) hay otras preguntas para las que no es muy bueno. Supongamos que ahora tecleas “¿Por qué estoy aquí?” o “¿cómo debería criar a mis hijos?” o “¿qué va a suceder conmigo cuando me muera?” ninguna de estas preguntas es trivial o sin importancia, pero de repente la edad de la información no parece ser tan efectiva. Claro que habrá mucho material en línea sobre cada uno de estos temas – sitios en abundancia de hecho. Pero ¿en cuál vas a confiar y que tan creíbles serán las respuestas realmente? Frustrante, uno bien podría volver a usar el internet para buscar datos más mundanos, comprar algunos boletos, quizás o encontrar algún chisme jugoso sobre alguna celebridad.     

Pero no dejemos esas grandes preguntas de lado tan precipitadamente. Lo que tenemos aquí es un problema serio y real. O ¿no es verdad que son esas importantes preguntas de la vida, los “por qués” y los “cómos” las que son verdaderamente importantes y que debemos conocer? Estas, sin duda, son las preguntas que de verdad importan y que deberíamos ser capaces de responder, y, sin embargo, rara vez nos damos el tiempo de siquiera pensar en ellas porque hay demasiado que hacer y hay tanta información trivial interponiéndose en el camino. Puede ser que incluso nos hayamos dado por vencidos en tales preguntas por ser demasiado difíciles o controversiales (el tipo de preguntas que los estudiantes podrían debatir a las tres de la mañana mientras los que tenemos trabajos o familias nos hemos ido a la cama). Sin embargo, son estas preguntas las que abordan la esencia misma de quienes somos como seres humanos y para que estamos destinados a estar aquí. Sería irónico, saber con precisión cuántos huesos hay en nuestro cuerpo o la naturaleza de las proteínas en el cerebro – o devorar cada dato de nuestro equipo de futbol favorito o estrella de televisión – pero no saber si hay algún significado, punto o propósito en la vida de uno. 

Tres preguntas 

Quizás al final del día hay tres grandes preguntas. Estas preguntas se relacionan con el pasado, el presente y el futuro, esas tres rebanadas de tiempo a través de las cuales vemos el tiempo. Podemos volverlas personales a nosotros mismos como individuos así: 

  • ¿De dónde vengo? (mis orígenes, mi pasado)
  • ¿Por qué estoy aquí? (mi propósito presente)
  • ¿Hacia dónde voy? (mi futuro)

O podemos pensar en ellas respecto a los seres humanos como especie así: 

  • ¿De dónde vino el mundo? ¿Es un accidente aleatorio o un resultado con propósito?
  • ¿Para qué existen los seres humanos? ¿Cuál es su punto y su lugar en el mundo? ¿Es nuestra historia parte de una historia mayor o solo un accidente aleatorio?
  • ¿Hacia dónde va el futuro de la sociedad? ¿Hacia dónde va el mundo?

Estas son las preguntas que estaremos discutiendo y esperando responder durante el curso de este libro. No son preguntas teóricas, porque cada una de ellas tiene un resultado práctico que puede afectar positivamente – incluso mejorar drásticamente – la forma en que vivimos diariamente. Estas son las realmente grandes y fascinantes preguntas de la vida, preguntas que, si solo podemos responderlas de manera satisfactoria, tienen el poder de transformar una vida humana y llenarla con sentido y propósito. 

Continúa leyendo: Capítulo 2 – Más Allá del Materialismo
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